viernes, 17 de septiembre de 2010

El Crackberry, una nueva adicción.

El crackberry es una de las adicciones que crece y está relacionada con el uso indiscriminado del blackberry (o cualquier otro smartphone).
El BlackBerry o el iPhone son excelentes aparatos de esta era que combinan el uso del celular con la capacidad de enviar mails, uso del Word, Excel, leer noticias, participar en redes sociales, compartir notas y calendarios, etc.
En personas ansiosas o súper exigentes, el uso del blackberry pueden convertirse en una de las principales síntomas de una adicción al trabajo y una excelente excusa para postergar la vida personal.
Tan es así que el asunto fue considerado digno de atención por parte de los investigadores de la Sloan School of Business del MIT, los mayores expertos mundiales en nuevas tecnologías. En el artículo Balanced Diet presentan los resultados de una investigación de los efectos del Blackberry sobre los trabajadores de una empresa. El reporte señala que los objetivos de la compañía parecían “nobles”: apuntaban a mejorar el balance entre vida laboral y personal. Por su tarea (era una financiera), muchos trabajadores necesitaban conectarse desde sus hogares (incluso los fines de semana) para responder mensajes pendientes. Entonces, la especulación de los directivos fue la siguiente: “con el Blackberry, los empleados tendrán la flexibilidad de trabajar en cualquier momento. En la cola del supermercado, en el tren, etc. Si aprovechan estos tiempos muertos para responder mensajes pendientes, cuando lleguen a sus hogares podrán desconectarse”. Sin embargo, los resultados fueron diametralmente opuestos. Al cabo de un tiempo, nueve de cada diez empleados confesaron ser adictos al aparato. Les resultaba imposible no revisar los emails cada cinco minutos, estuvieran donde estuvieran.
Conclusión: el Blackberry se convirtió en una auténtica cadena virtual que terminó borrando cualquier límite entre vida personal y laboral, y empeoró el clima de trabajo: entre colegas de la oficina se generó una creencia de que cualquiera debía estar disponible las 24 horas del día (incluyendo los fines de semana). Todos esperaban que si enviaban un email a un colega el sábado a las 21 horas, debían recibir una respuesta para las 21:05. Los cortocircuitos se multiplicaron, y en dos, tres meses, la mayoría confesaba sufrir algún tipo de adicción al aparato y reconocía haber afectado seriamente su calidad de vida a partir de su incorporación a la rutina cotidiana.
La empresa misma se vio perjudicada, y tuvo que tomar la decisión de obligar a apagar los aparatos durante las reuniones, porque hasta los propios ejecutivos, en lugar de prestar atención a lo que se estaba diciendo, revisaban constantemente su buzón de mensaje o las alertas que disparaban los aparatos.
El tema trepa posiciones en la agenda: el diario Dailymail publicó en su portada: “El Blackberry puede ser tan adictivo que sus usuarios pueden necesitar tratamientos similares a los de un adicto a las drogas. Un signo clave de que un usuario se volvió adicto es si hace foco en su Blackberry ignorando todo a su alrededor”.
Algunos tips:
  • Reducí los estímulos: cerrá todas las aplicaciones que te bombardean con avisos de gente que te escribe, te llama, te busca. Sea Outlook, Messenger u otro. Cuando estás trabajando en una cosa apagá las demás. Y si estás en casa, cerrá todo y conectate con otros planes: la tele, un libro, tus hijos, tu pareja, la cocina, ordenar. Cualquier cosa que te aleje de la compu y el teléfono.
  • Apagá el Blackberry: cuando estás en casa o fuera del horario de trabajo, no dejes que la lucesita roja del móvil u otras señales de aviso te convoquen a mirar qué hay de nuevo en tu casilla. Estás en tu momento de descanso, y lo que haya puede esperar. Tomar decisión apresuradas y contestar todo en todo momento puede llevarte, incluso, a errores. Las pausas ayudan a pensar y resolver mejor.
  • Acotá el chequeo de e-mails y de noticias: planificá cuántas veces por día verás el mail o leerás noticias. Dos veces por día, por ejemplo. O tres, si tu tarea lo demanda. Pero full time, no. No es necesario. Si no sos capaz de apagar el celular o cerrar el mail algunas horas por día, consultá a un profesional. Podés estar sufriendo un trastorno de ansiedad.
  • Recordá que si hasta hace un tiempo hacías tu trabajo y eras eficiente sin el aparato, seguramente puedas volver unos pasos para atrás y repensar cómo aprovechar esa tecnología en tu favor. Tiene muchos beneficios, pero no si te domina. ¿Mandás vos o el Blackberry?
Poné el Blackberry en vibrador y sacalo de tu vista mientras estás con otras tareas o en otros planes. Y el finde, apagalo.
Ahora para el debate… ¿tu vida personal y social se ve afectada por como usas el blackberry?

Saya, la profesora robot en Japón




Como ya lo mencionamos, que los robots seguirán perfeccionándose día a día, en tal punto que en un futuro no muy lejano tengamos que depender de ellos, como también ellos vendrán a reemplazar al ser humano en muchas cosas, ambas situaciones ya podemos observar en esta noticia.
Se creó una robot capaz de hacer el trabajo de un profesor, nos referimos a que este autómata está en la capacidad de enseñar a cierto grupo de alumnos, su nombre es Saya, una robot diseñada con características parecidas a la de un ser humano, ya que, puede emitir expresiones de alegría, enojo, disgusto y también tristeza.
Fue diseñado en el país de la tecnología, nada menos que en Japón y se espera que sea un reemplazo para aquellos profesores incompetentes que se encuentran actualmente en los colegios, porque no brindan la educación que un estudiante necesita para su formación, así mencionó su creador, un científico japonés llamado Hiroshi Kobayashi, quien demoró unos 15 años de investigaciones y experimentos para que pueda culminar a este autómata.
Saya, fue diseñada para poder dictar sus clases que lee de su libro, sus clases las transmite a sus alumnos en varios idiomas, siendo de mucha ventaja llevarla a los mejores colegios del mundo sin importar el idioma de su país.
Esta robot es capaz de mostrar los gestos humanos, gracias a los 18 motores que se encuentran ubicados detrás de su cara, estos son los que originan que Saya se vea alegre, enojada, disgustada, triste, etc.
Lo más sorprendente es que esta robot, no es un prototipo, ya que, dictó sus primeras clases en una escuela de Tokio, en donde aprobó todas las evaluaciones que lo realizaron, para que después sea trasladada a otra escuela, pero esta vez en Gran Bretaña, esta robot tenía el nombre de Pikarin anteriormente, pero por ciertos motivos lo cambiaron a Saya.

La moda de los tatuajes en el ojo

Una nueva moda se esta dando estos últimos meses y es una moda bastante extraña y a la que no adherimos debido al peligro que puede conllevar.
Esta moda se trata de realizar un tatuaje en la zona blanca del ojo. ¿Cómo se realiza? El tatuador inyecta tinta bajo la conjuntiva de la persona hasta que todo el ojo (la parte blanca) quede llena del pigmento elegido. Para esto se requiere de hasta 40 aplicaciones para que el ojo quede completamente de color.
El peligro de esta practica es que puede producir infecciones, problemas musculares del movimiento del ojo, ceguera y hasta perder la funcionalidad del ojo.
El tatuaje esta bien, si es en una parte del cuerpo, pero cuando la persona está completamente tatuada, puede ser un “síntoma” de querer diferenciarse del resto de las personas, llamar la atención o crear sus propios códigos. Pero llegar a tatuarse el ojo…. ¿no es demasiado?
¿Crees que se pondrá de moda como los tatoos más habituales?

Hijo de piloto de Conviasa cuenta su historia: “Papá perdió su vida, pero muchos se salvaron”


Sólo quedan recuerdos para la familia de Ramiro Cadena, el piloto que la mañana del lunes 13 de septiembre dirigía el ATR 42 de Conviasa que cubría la ruta Porlamar-Ciudad Guayana y que se precipitó a tierra a pocos kilómetros del Aeropuerto Manuel Carlos Piar de Puerto Ordaz.
Su hijo también llamado Ramiro le relató a Correo del Caroní algunos de los felices momentos vividos con su progenitor hasta el día que se enteró de la lamentable noticia. Afirma que su padre es un héroe, y aunque no logró sobrevivir, gracias a su esfuerzo se pudieron salvar 35 vidas.
“En Viasa necesitaban pilotos y “Caliche” optó por el cargo, el cual le fue negado, pues los cupos estaban llenos”,cuenta.
La negativa no frustró su sueño de volar un avión, que cada vez cobraba más fuerza. Insistió hasta que lo aceptaron de oyente en el curso; al culminar las clases fue llamado por el gerente de la escuela, quien le informó que su calificación era la más alta del grupo y por ello merecía pilotear.
En 1980 inició oficialmente sus vuelos como capitán. Tras la crisis de Viasa, pasó cuatro años alejado de los aviones. En ese período, se dedicó a la producción en el canal del Estado. “Trabajó con Nelson Bocaranda en el programa En confianza. Luego produjo su propio espacio televisivo llamado Imagen de radio, conducido por Amaury José Díaz y Altagracia Sarmiento”.
En 1989 lo llamaron nuevamente de Viasa y volvió a la empresa, hasta que ésta cerró sus puertas. Cadena tomó sus maletas y voló a Estados Unidos; “era inquieto, siempre estaba activo y para seguir desempeñándose como piloto, partió a Indonesia, donde capitaneó aviones desde el 2002 hasta el 2006, cuando regresa a Venezuela para trabajar en Conviasa, empresa que lo acogió hasta el último de sus días”.
“Entre vuelo y vuelo siempre nos visitaba, a veces nos llegaba de sorpresa”, relató el único hijo varón.
Develó que la última vez que habló con su padre, fue el viernes pasado. “Por el Skype conversamos y le echó broma a mis hijos, sus nietecitos del alma”.
Ramiro, hijo, exaltó que las virtudes del fallecido superaban sus defectos. “Era el alma de la casa, siempre reía y veía todo de forma positiva”.
Reveló además que su pasión por los aviones la heredó de su padre; eso sí, “nunca me presionó, ni siquiera me lo inculcó. Fue decisión mía, me gustaba y recibí su apoyo. Sólo me sugirió que estudiara una segunda carrera, para tener algo bajo la manga, pero siempre respetó mis deseos de ser piloto”.
Lamentablemente ese hombre que fue un ejemplo a seguir para toda su familia dejó de existir, pero sólo físicamente, ya que su recuerdo permanecerá por siempre en sus corazones.
Sus hijos volaron hasta Venezuela para darle el último adiós. Ramiro venía con la esperanza de que se tratase de un error. “Quería llegar y que fuera mentira, necesitaba verlo y abrazarlo, lastimosamente no fue una confusión”.
“Caliche” murió haciendo su trabajo. Como dicen varios sobrevivientes, “ese piloto sabía lo que hacía, escogió el lugar perfecto, porque si no más personas habrían muerto”.
Ante esto, el hijo concluyó que “pecaría de egoísta al no alegrarme por los sobrevivientes, pues mi papá murió. Aún así, siento un orgullo que no puede ser cuantificado, porque papá perdió su vida, pero muchos se salvaron”.
Lea el reportaje completo en El Correo del Caroní